Algo que contar...
Bueno, vamos que no soy una Linda Howards, o una Nora Roberts, pero escribir es una de mis pasiones más profundas. Quizás no lo hago con la regularidad que uno quisiera, pero lo adoro. Y aquí, después de meses y meses, traigo mi tercer bebé. “Guardián de su corazón”, comenzó como una parodia a mi Servicio Social de la Universidad. Hice un post medio cómico en mi blog personal aludiendo a Eve Dallas, de la cual soy megafan de esta serie, de la autoría de J.D. Robb. Entonces me puse a pensar esa misma noche: “Quiero hacer una novela diferente. ¿Una chica policía? No, esta vez no. ¿Una chica de guardaespaldas?”. Y así, el viaje comenzó.
Cuando comencé esta novela, no sabía en lo que me estaba metiendo. Jamás había escrito algo de este tipo, y lo pensé varías veces, sin embargo, las ideas llegaron y no hubo modo de quitarlas del medio, más que plasmándolas. Entonces me dije: “¿Por qué no?” y con la infinita paciencia de mis chicas, comencé la novela.
Según sería una historia corta, con máximo de cien hojas, pero conforme avanzaba Ania y Anthony junto con la pequeña y dulce Sara seguía en mi mente, y me decían: “NO, tienes que escribir más”. Y luego se convirtió en más, y más. Quizás encuentres un “poco” (por no decir demasiado) larga la historia, pero habían ciertos detalles que no podía dejar pasar. Quizás algún día ponga a trabajar a mi editora auto asignada que se mofa de trabajar y obligarla a que me obligue a recortar escenas. (Trabalenguas, ¿verdad?). Upss, creo que si lee esto, tendremos una discusión, y hablará de sus honorarios inexistentes, pero bueno, así son las editoras auto asignadas.
Quien sabe, quizás algún día, la historia corta llegue.
Por cierto, antes de que se me olvide, al final de la novela, en el documento, hay una pequeña sorpresita, para mantenerlas en vilo, espero les guste. Tomenlo como el regalo del año Nuevo.
¡¡Feliz Navidad y Próspero Año 2010!
Guardián de su corazón
UN HOMBRE ACOSTUMBRADO AL ORDEN…
El candidato a Senador por el estado de California, Anthony Marshall estaba preparado a todo, a todo, menos a guapa mujer que se había presentado en su casa. Una mujer, que resultaba ser su futura guardaespaldas.
Después del intentó de secuestro de su hija Sara, Tony había buscado al mejor guardaespaldas para su hija. Y lo había encontrado. Sólo que ese guardaespaldas tenía las mejores piernas que había visto, una boca de tentación… y un lenguaje de marinero.
Y UNA MUJER QUE PONDRÁ DE CABEZA SU VIDA.
Ania St. Claire se había hecho camino en el difícil mundo de la protección de personas. Ahora, tras más de diez años de trabajo, era conocida como una de las mejores guardaespaldas del país. Su fama, a veces era sólo eclipsada por el hecho de que era la hija del actual Senador de California, Ralf Hunder. Aunque Ania había olvidado ese hecho hacia muchos años.
Cuando la llamaron para proteger a Sara Marshall, Ania se había negado rotundamente. Pero la curiosidad pudo más, y fue a la entrevista. No había previsto que su padre y candidato a Senador, resultara ser completamente avasallador, y que el simple toque de manos le encendiera como brasa ardiente. Estaba apunto de negarse, cuando conoció a la hija de éste, y su principal trabajo.
El encargo era simple: ella los tenía que proteger.
Pero conforme las semanas pasaban, Ania se replanteaba si no había cometido un error. Ahora la pregunta era, ¿Quién la protegería a ella y a su corazón?
El candidato a Senador por el estado de California, Anthony Marshall estaba preparado a todo, a todo, menos a guapa mujer que se había presentado en su casa. Una mujer, que resultaba ser su futura guardaespaldas.
Después del intentó de secuestro de su hija Sara, Tony había buscado al mejor guardaespaldas para su hija. Y lo había encontrado. Sólo que ese guardaespaldas tenía las mejores piernas que había visto, una boca de tentación… y un lenguaje de marinero.
Y UNA MUJER QUE PONDRÁ DE CABEZA SU VIDA.
Ania St. Claire se había hecho camino en el difícil mundo de la protección de personas. Ahora, tras más de diez años de trabajo, era conocida como una de las mejores guardaespaldas del país. Su fama, a veces era sólo eclipsada por el hecho de que era la hija del actual Senador de California, Ralf Hunder. Aunque Ania había olvidado ese hecho hacia muchos años.
Cuando la llamaron para proteger a Sara Marshall, Ania se había negado rotundamente. Pero la curiosidad pudo más, y fue a la entrevista. No había previsto que su padre y candidato a Senador, resultara ser completamente avasallador, y que el simple toque de manos le encendiera como brasa ardiente. Estaba apunto de negarse, cuando conoció a la hija de éste, y su principal trabajo.
El encargo era simple: ella los tenía que proteger.
Pero conforme las semanas pasaban, Ania se replanteaba si no había cometido un error. Ahora la pregunta era, ¿Quién la protegería a ella y a su corazón?