Así había titulado a una publicación en mi perfil del Goodreads.
Hace muchos, muchos, muchos años, yo solía escribir. Novelas. De romance. Y luego lo dejé. Empecé la maestría, y la terminé. Empecé el doctorado. Estoy batallando por terminarlo (aunque ya no tan segura he de confesar). Y fui dejando a un lado esa parte de mi. Y la exttraño. De vez en cuando me ponía a escribir una línea. Pasaban dos meses, releía todo lo que tenía y volvía a editarlo, y así se repetía una y otra vez. Dejé inconclusa por lo menos tres historias:
- "Secretos del Alma", el tercer libro de mi saga Almas Perdidas.
- "Amarga venganza", el libro dos de mi serie "Guardaespaldas".
- "Almas heridas", la novela de Alice y Alex, y el cuarto libro de mi serie Almas Perdidas.
Y luego, para colmo, formatearon mi computadora y no realizaron un buen respaldo de la información. Perdí el 90% de todo lo que tenía en mi computadora: Fotos, libros, notas, vídeos familiares. Y mi carpeta de novelas. Encontré un respaldo que tenía. De hacia cinco años. Fatal. Eso también me desmotivó a continuar con la escritura.
Pero de unas semanas para acá, esto ha cambiado. No estoy diciendo que en una semana voy a terminar algo. Pero sí puedo asegurar que estoy retomando la escritura. Siento el cosquilleo en los dedos, y estos teclean sin siquiera mirar el teclado (por eso luego tengo faltas de ortografía).
Por ejemplo, aquí algo que salió de la nada...
Ausencia
Y a pesar de que mi alma esta en paz,
tu ausencia se siente con cada latido,
Camino por la calle y entre ratos huelo tu perfume,
pero no eres tú.
Nunca serás tú.
Ya no más.
Lo sé.
Pero mi mente a veces necesita engañarse, solo un momento,
y perderse en la laguna de recuerdos.
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